Por: Mar Carbajal
Presidenta Nacional de la Federación de Empresarios Turísticos (FETUR) 

En México, hay turistas que nunca llegan a su destino, y no por retrasos de vuelo. Lo que se cancela es el viaje entero, junto con la inversión realizada. El Heraldo de México documentó dos casos recientes: un vuelo en globo sobre Teotihuacán y un recorrido cultural en la Ciudad de México, ambos adquiridos en línea y cancelados sin reembolso. 

Estos incidentes reflejan una problemática que requiere atención prioritaria. Esto responde a una tendencia global. De acuerdo con el Mastercard Economic Institute, el turismo es uno de los sectores más expuestos al fraude internacional; durante temporadas altas, las estafas pueden aumentar hasta 18%. El fraude en agencias de viajes y operadores turísticos ocurre cuatro veces más que en otras industrias. En Hong Kong, el 70% de los casos está ligado a operadores falsos. Cancún, Bangkok y Hanói figuran entre los principales puntos críticos. La reacción internacional aún es desigual. 

La Organización Mundial del Turismo impulsa el Código Internacional para la Protección de los Turistas, pero la implementación varía entre países. España concentra esfuerzos en campañas de alerta, sin sistemas de certificación activos como en México. En la Unión Europea, la armonización de normas avanza, aunque los registros siguen siendo locales y poco visibles. En República Dominicana, los mecanismos de vigilancia y alerta funcionan principalmente de forma reactiva y con limitada coordinación con el sector privado. México ha optado por actuar con decisión. 

A través de la coordinación entre ASETUR, el Grupo Mexicano de Asociaciones de Agencias de Viajes y Empresas Turísticas GMA y el Gobierno Federal, impulsan con más organizaciones la campaña nacional “Verifica y Viaja”. Esta iniciativa exige a los prestadores de servicios certificación en el Registro Nacional de Turismo, exhibición transparente de datos y comprobación de domicilio y razón social. 

El mensaje es claro, no contrates a quien no pueda demostrar estos elementos. Esta medida fortalece la seguridad para los visitantes y posiciona a México como referente internacional en la gestión de confianza turística. Pero su alcance va más allá: “Verifica y Viaja” sienta las bases para fortalecer la soberanía turística del país. Un sector confiable y transparente permite conservar el control sobre la calidad y seguridad de la oferta, reduce la vulnerabilidad ante fraudes transfronterizos, atrae inversiones de mayor nivel y refuerza la imagen de México como destino sólido y competitivo. La soberanía turística implica que la nación define y defiende sus propios estándares frente al mercado global, asegurando que el desarrollo del turismo beneficie tanto a los viajeros como a los empresarios formales. 

La recomendación para el viajero es sencilla: antes de reservar, verificar credenciales y referencias es fundamental. Para la industria, cumplir y demostrarlo de forma visible es indispensable. Denunciar irregularidades no solo corrige abusos, también previene nuevos casos y protege el prestigio del sector. Un turismo informado, regulado y respaldado por estándares propios es la mejor garantía de confianza. México debe seguir consolidando este enfoque para mantenerse competitivo y atractivo frente a los retos internacionales.